Acceso en Recodo

acceso-en-recodo Término Arquitectónico Terminología Arquitectónica

« Acceso en Recodo: Podíamos definirlo por: «Cuando la entrada a un recinto fortificado se efectúa a través de un pasaje que se quiebra en uno o más ángulos abruptos, para dificultar su forzamiento y desenfilar el interior»

Los ingresos en ángulo recto dentro de torres o cuerpos destacados al exterior, en llano, no surgirán hasta el siglo XI. De esta centuria deben de ser las puertas de las Pesas y la de Monaita de Granada. Las puertas de planta acodada eran de una gran eficacia militar, pues el acceso era dominado por los sitiados desde el adarve de la muralla a la vez que desde la terraza de la torre en que estaba instalada. La multiplicidad de codos del interior o la existencia de una habitación  cielo raso o corraliza dificultaba aún más la presencia del enemigo en el supuesto de que este lograra flanquear el arco exterior de la entrada el cual no pocas veces estaba precedido por una apertura rasgada o buhedera desde la que se podía hostigar con elementos contundentes arrojadizos, como piedras, flechas o virotes. En estas condiciones se diría que era más fácil penetrar en la ciudad o fortaleza escalando los muros que por las puertas acodadas.

Lógicamente cuanto más enrevesados eran estos ingresos, que a veces llegaron a tener hasta cuatro y cinco codos sucesivos, mayor era su eficacia militar. En este sentido con los almohades primero y después con los nazaríes las puertas de las ciudades y fortalezas nunca estuvieron mejor defendidas. El número de codos estaba en función de la proyección hacia afuera de la torre o baluarte que daba cobijo a la entrada, además de la propia topografía, como por ejemplo en la puerta de la Justicia de la Alhambra. El origen de este tipo de puertas no está muy claro, pues para algunos autores lo remontan a la época bizantina. »[1]

 

Fuentes de referencia del término arquitectónico:

[1] (Jurado Gómez, 2001-2017)

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